Bueno, chicas, este es el penúltimo capítulo de la Panda de Nicole... ¡mañana pondré el final de verdad!
20. La
verdad sale a la luz
El
Señor-A salió de la furgoneta con las manos arriba.
-
Y ahora – dijo el
jefe de policía – creo que nos debe una buena explicación, señor.
-
Está bien, está
bien. Verán todo empezó con mi hija, Alissa Lorcé.
¿Alissa Lorcé? ¡Ya decía yo
que el niño de las fotos de la abuela me sonaba de algo!
La abuela salió al centro a
hablar con su viejo amigo.
-
¿Antoine?
-
¡Rosa!
-
¿Por qué has
hecho todo esto?
-
Escuchad mi
historia y comprenderéis porque he hecho lo que he hecho. Mi hija Alissa y yo
no teníamos dinero, y ella no tenía muchas amigas y todo porque no tenía la
mejor ropa, así que una mañana decidí regalarle a mi hija la mejor ropa del
mundo, que según había oído estaba en un maletín en la agencia de moda del
centro de París. Yo tenía algunos amigos que trabajaban en fábricas, otros
costureros y pagué una fortuna al mejor de ellos para que hiciera a medida a mi
hija todos los diseños que había en el maletín. Como Alissa trabajaba en la
agencia, la mandé robar el maletín cuando su vigilante estuviera distraída.
También pensé en la posibilidad de que se le escapara, ya que para eso Alissa
no es muy inteligente, así que también la dije que si se le escapaba, que
pusiera de excusa un problemilla amistoso que hubo años atrás cuando iba al
instituto. Mi hija se lo soltó a la hija de la principal sospechosa, Annabelle.
Luego, decidí buscar su dirección para saber donde vivía en el caso de que
tuviera que amenazar a alguien, pero aquella chica me vio por la ventana y tuve
que amenazarles para que no me delataran, aunque luego la policía me cogió,
también estaba preparado para eso y tenía material de China y Japón exclusivo y
armas ilegales para salir de allí. Me aseguré de tener fotocopiados los diseños
del maletín y me infiltré en el Louvre para esconder el maletín en el bolso de
alguien, y ese alguien es una de las chicas a las que he secuestrado para que
no pudiera decir nada o para que me contara lo que había dicho. Me despisté y
esta panda de amigos me vio y llamó a la policía, entonces reconocí el bolso en
el que había metido el maletín y cogí a esa chica, a la hija de Annabelle y la
hija del científico por si necesitaba algo a cambio de devolverle a su hija.
Además había estado espiando a esa panda de amigos porque sabía que estaban
investigando el robo, por eso adquirí tanta información de cada uno de ellos.
-
¿No cree que
hubiera sido más fácil buscar un trabajo mejor y comprarle a su hija ropa más
bonita, sin necesidad de robar esos diseños? – dijo el policía.
-
No.
-
Bien, pues lo
siento pero queda arrestado. Por cierto ¿los trajes ya están confeccionados?
-
Sí.
-
Señor, usted es
el que supervisó los diseños, ¿había trajes masculinos y femeninos? – preguntó
al jefe de la agencia.
-
Sí.
-
Pues, si no le
importa, creo que hay una panda de amigos que podrían sustituir a los modelos
del desfile de mañana ¿no cree?
-
Estoy
completamente de acuerdo con usted. ¿Qué decís chicos?
-
¡¡CLARO QUE SÍ!!
Veía mi sueño hacerse
realidad, saldría vestida con los mejores trajes y vestidos del mundo, en una
pasarela de moda súper exclusiva que la vería todo el mundo por televisión. Y
tal vez nuestra historia se vería reconocida en todo el mundo, ¿quién sabe?
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