17.
¡Arriba dormilona!
¡¿QUÉ?! ¿Todo había sido un
sueño?
Mi madre me acababa de
despertar de la peor pesadilla del mundo.
Estaba sudando, me dolía la
cabeza y seguía teniendo miedo, además había perdido la noción del tiempo ¿qué
día era? ¿era por la mañana o por la noche? Estaba confundida. Fui a desayunar:
-
¡Buenos días cariño!
-
Buenos días papá.
-
¿Has tenido una
pesadilla esta noche? Porque se te oía decir todo el rato “¡No! ¡Déjame salir
de aquí!”
-
Pues sí mamá, he
tenido una horrible pesadilla, os lo contaré. Estábamos todos aquí viendo las
noticias y salía el jefe de policía diciendo que el señor de ayer estaba suelto
y tuviéramos cuidado, luego en el instituto sonaron dos disparos y nos metimos
en las clases corriendo y luego me cogió y me llevó a su furgoneta, y una
señora estaba en la parte de atrás y justo cuando parecía que iba a matarme con
n cuchillo me despertaste mamá.
-
Siento muchísimo
esa pesadilla, has tenido que pasar mucho miedo, y ahora quiero que veas las
noticias, porque te vas a sorprender.
-
Pero, no nos da
tiempo a ver las noticias, llegamos tarde ¿no?
-
¡Qué dices! Hoy
es sábado, nos vamos a comer a casa de la abuela ¿no te acuerdas? – me dijo
Courtney.
-
Ah, pues que
bien.
-
Bueno, callad y
mirad.
Como en mi sueño, la joven
periodista salía en frente de la agencia hablando con el jefe de policía:
-
Entonces, ¿le han
capturado?
-
Sí, no fue muy
difícil, no logró ir muy lejos, estaba un poco desorientado.
-
¡Vaya! Esto será
una gran noticia para aquellos niños a los que amenazó ¿verdad?
-
Sí. Nicole, sus
amigos y su familia no tienen de qué preocuparse.
-
Que gran noticia,
y por cierto ¿cree que este señor está implicado en el robo del maletín?
-
Apuesto todo lo
que tengo a que sí, pero no podemos acusarle todavía, pues no tenemos pruebas,
pero estoy seguro de que Nicole y sus amigos conseguirán averiguar algo pronto.
Estallé de alegría, parecía
un sueño. El Señor – A estaba detenido y ahora la panda estaría tranquila, próximamente
tendríamos que averiguar más, pero era hora de irse a casa de la abuela.
Mi abuela es la típica
abuelita, no es distinta, digamos que es la clásica, es tierna y cariñosa con
sus nietos, cocina estupendamente bien, nos teje ropa y hace punto.
Es muy tranquila, lleva gafas
y siempre lleva su pelo blanco recogido en un moño.
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