15. El
“Señor - A”
Salimos
en pijama y comenzamos a perseguir al ladrón por las calles. Hacía frío, pero
entrábamos en calor cuando corríamos.
De
repente tropecé con una piedra del camino y todos se pararon y se giraron hacia
mí.
-
¡Ignoradme,
seguid al ladrón! – les grité con lo poco que me permitían mis fuerzas.
Me había hecho una profunda
herida y Alice me acompañó a casa para echarme alcohol y ponerme una tirita.
-
Gracias por
ayudarme.
-
¿Qué dices? ¡Para
eso están las amigas! ¿no?
-
Y… ¿recuerdas
algún rasgo del señor de la ventana?
-
Bueno, aunque mis
recuerdos están un poco borrosos, si recuerdo que estaba calvo, tenía bigote y
llevaba puestas unas gafas de sol absurdas. ¡Ah, y también una gabardina con una enorme letra
bordada, si no recuerdo mal, era una “A” gigante.
-
¿Crees que podría
ser la inicial de su nombre?
-
Puede que sí.
-
Veamos…André,
Ange, Anthony, Antoine, Antonin, Antony…
-
¡Hay demasiados
nombres franceses masculinos que empiezan por a!
-
Una cosa…
-
¿Qué pasa Nicole?
-
Que no sabemos si
el señor es de Francia, de Italia, de Alemania ¡o incluso puede haber viajado
desde América o Asia!
-
Tienes razón. No
tenemos nada que demuestre que es de nacionalidad francesa, por lo que ahora es
todavía más difícil. A ver, a ver… yo doy clases de español, yo sé muchos
nombres españoles, por ejemplo Adrián, Álvaro, Andrés, Ángel…
-
Esto va a ser más
difícil de lo que pensaba y tengo el presentimiento de que ese señor está
relacionado con el robo del maletín.
-
Es verdad, yo
también lo pienso. Podemos llamarle hasta que descubramos su nombre “Señor - A”
¿te parece bien?
-
¡Por mí perfecto!
Por cierto nos hemos olvidado de los chicos ¿vamos a buscarles?
Y justo cuando dije esto, se
oyeron disparos en la calle y muchos gritos. Salimos corriendo a la calle y el
Señor A estaba allí, con Zoé agarrada del cuello y la pistola en mano mientras
gritaba todo el rato: “¡Manos arriba o disparo a la chica!”
Alice y yo no sabíamos que
hacer y fue cuando el Señor A nos vio y también nos apuntó con su pistola.
Estábamos en un gran aprieto, todos estábamos quietos y a pesar de ser allí un
total de 11 personas, no se oía ni el zumbido de una mosca, las calles se
hallaban desiertas, la gente dormía plácidamente en sus casas y cuando me entró
terriblemente el pánico fue cuando me acordé de algo, que me tranquilizó
enormemente: Tenía la estupenda suerte de ser vecina de los Bureau, en el que
estaba el padre (el señor que nunca duerme), la madre (tampoco duerme, pero
además de eso está siempre mirando por la ventana a ver qué hacemos) y luego
está el niño que está todos los días lanzando piedrecitas por la ventana, así
que nos podrían haber visto de sobra, aún así mi momento de esperanza se
estropeó cuando el Señor - A empezó a hablar:
-
Bien niños, sabéis
que estaba mirando por la ventana de vuestra casa y he amenazado con la pistola
a vuestra amiga y me habéis visto irme corriendo y supongo que se lo contareis
todo a la policía, a no ser que me encargue de vuestra amiguita o de cualquiera
de vosotros, ya sé que en esta casa vive Annabelle, pero me gustaría saber
quien es su hija y cuando lo sepa vendré a secuestrarte. Claro que nada de esto
tiene por qué ocurrir si os portáis bien y no abrís la boca ¿lo habéis
entendido todos?
-
Sí – respondimos.
-
Bien, pues ahora
¡largo!
Y se fue corriendo con la
pistola todavía en mano.
Justo entonces la policía
vino y nos preguntó, dudamos en responder pero fuimos valientes y le dijimos
por donde se había ido y que aspecto tenía.
-
Así que encima os
ha amenazado ¿eh? Pues cuando le encontremos va a estar un tiempo en la cárcel
y habrá que averiguar qué quería de tu madre y por qué espiaba por la ventana –
me dijo el jefe de policía – Y por cierto, ¿no habías pensado que podría estar
perfectamente relacionado con el famoso robo del maletín de los diseños?
-
Sí, mi amiga y yo
lo habíamos supuesto, ya que mi madre es la principal sospechosa.
-
En fin, no tenéis
de que preocuparos, mañana es posible que veáis al tipo este en las noticias y
ahora voy a contarle a tus padres y hermanos todo lo ocurrido.
-
Gracias agente.
Estoy segura que durante toda
la noche la panda no pegó ojo, como yo, estábamos preocupados aunque el agente
nos hubiera dicho que no debíamos estarlo, y yo no me creería a salvo hasta que
no viera al día siguiente el informativo en las noticias…
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