11.
Cadena de castigos
El día siguiente fue genial y
triste. Nada más llegar a los columpios mi panda apenas me dirigía la palabra.
-
Os tengo que
contar algo – dije yo.
-
Ya lo sabemos
todo – dijo Amanda.
-
¿Qué?
-
Pues mira, lo
hemos hablado y hemos visto que no hay razón para enfadarse contigo, porque
todas nuestras madres han sido unas chivotas.
-
No lo entiendo,
explicádmelo.
-
Verás – comenzó
Zoé – cuando tu madre lo supo llamó a mi madre para contárselo. La mía me
castigó sin lo mismo que a ti pero durante 2 meses. Luego mi madre llamó a la
de Alice, la suya a la de Amanda y Camille, la suya a la de Brigitte y la madre
Brigitte llamó a los padres de Eddie, éstos a los de Mark, los suyos a los de
Adam y la madre de Adam a la de Danny. Así que nos hemos quedado todos
castigados...
-
Lo siento
muchísimo chicos pero en realidad soy yo la que tiene que asumir la culpa, fui
yo la que os sugirió empezar con esto y sois tan buenos amigos que quisisteis
ayudarme. Luego tuve la idea de falsificarnos los carnés y también os empujé yo
a la fiesta. Todo es por mi culpa y lo siento muchísimo - se me escaparon las
lágrimas.
-
Tranquila Nicole,
quizás todo lo que has dicho sea verdad, pero eso no es malo, ni mucho menos –
me animó Zoé – al contrario, como tú has dicho has sido TÚ la que nos has
impulsado a hacerlo, la que nos ha dado esperanzas, tú nos has empujado a hacer
algo nuevo, a hacer por una pequeña vez una trastada y aún así, si lo piensas,
ha sido por ayudar a tu madre.
-
Es verdad Nicole,
tú no tienes la culpa. Que nos castiguen todo lo que quieran ¡pero en el insti
siempre podremos hablar! – dijo Brigitte.
Toda la panda se fundió en un
tierno abrazo de amigos.
12. Preparados
de nuevo
Llegué del instituto y subí a
mi cuarto directamente para estudiar.
Repasé naturales, sociales,
lengua, inglés… Y cuando por fin terminé me puse a escuchar música, pero por
primera vez en mi vida, la música no me animaba. Me sentía aburrida y en mi
cabeza resonaba lo mismo continuamente: “Si no te hubieran pillado todo iría
perfecto.” Ojalá tuviera una máquina del tiempo para volver atrás y no haberme
encontrado con Alissa. De repente algo interrumpió mis pensamientos.
-
¡Nicole baja a la
cocina, tu padre y yo queremos hablar contigo!
Bajé lo más rápido que pude
las escaleras, tenía la sensación de que iba a pasar algo bueno.
-
Hola cariño –
dijo mi madre.
-
Hola.
-
Mira, los padres
de tus amigos y nosotros lo hemos estado hablando y hemos concluido que después
de todo, habéis averiguado más que la propia policía y que con deciros que no
volvierais a escaparos sin permiso valdría, en vez de haberos castigado tan
severamente. Además deberíamos haberos felicitado en vez de regañado.
-
¿Entonces me
levantáis todos los castigos?
-
¡Pues claro que
sí!
-
Gracias, gracias,
gracias. ¿También se lo han dicho a los demás?
-
Sí, mañana
podréis hablarlo.
-
Y… ¿podremos
seguir investigando por nuestra cuenta?
-
Bueno, vale.
-
¡¡Bieeeeeeen!!
-
Pero con una
condición.
-
¿Cuál?
-
Antes de
escaparos por ahí, debéis avisarnos.
-
¿Y si no nos
dejáis?
-
Tranquila, hemos
acordado dejaros un poco más de libertad y vamos a confiar en vosotros, ¡pero
nada de falsificar carnés! ¿de acuerdo?
-
¡¡Vale, mil
gracias a los dos!!
-
A ti, cariño.
Me subí a mi habitación e
hice una multi-llamada de 10 personas.
-
¡Hola a todos!
-
Hola Nicole.
-
¿Os lo han dicho
ya, no?
-
¡Claro que sí!
-
Genial, porque
mañana hay que ver en donde investigamos ahora para descubrir al poseedor del
maletín.
-
OK. Hasta mañana.
-
¡Adiós!
-
¡Chao!
-
…
* * *
Nos reunimos en el recreo
para una reunión.
¿Por dónde investigaríamos
ahora? Supusimos que habría que sonsacarle información a Alissa y como, según
nos había informado mi madre, al salir del trabajo se iba a tomar un café al
mismo sitio donde iban mi madre y Anna. Así que decidimos ir allí por la tarde.
Teníamos un buen plan:
Primero iríamos allí y de
“casualidad” nos encontraríamos con ella, pero como hemos supuesto que a mí no
me iba a confiar nada más, yo, Mark, Eddie y Zoé iríamos a investigar en otra
zona. Pensamos que la otra noche las dos ladronas hubieran dejado algún rastro
por el parque, quizás otro papel, una nota, huellas…
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