8. Una
escapada romántica
Bien. Ya sabíamos lo que
significaba el mensaje: “No te olvides de coger el maletín.” Así que alguien
quiso enviarle ese mensaje a otra persona para que no se olvidara de robarlo,
estarían compinchados.
Lo que no sabíamos era la
firma: 16-10c1.
Si averiguábamos eso,
podríamos tener una gran pista, pero se fue haciendo tarde y la panda se tuvo
que ir, menos Mark.
-
Bueno, pues
quedamos tú y yo – dije.
-
Sí, quizás como
ahora hay más silencio, podemos pensar mejor qué significa la firma.
-
Es verdad,
empecemos. Veamos el número 16 corresponde a la letra “p.”
-
La letra 10 no se
identifica con ninguna letra, y no puede ser “P-loca.” ¿El nombre de “Ploca” no
existe verdad?
-
Je je, no, dudo
que exista. Respondió Mark.
-
Tal vez sea una
indicación, 10 casas arriba.
-
Sí. O 10 calles
abajo.
-
Hay demasiadas
posibilidades.
-
¡La Plaza 10
Calles!
-
Es verdad, como
no se nos había ocurrido antes. Habrá que mirar por ahí, pero está muy lejos de
aquí, no creo que me dejen coger un autobús hasta allí yo sola.
-
No irás tú sola,
irás conmigo. bueno, si quieres claro.
-
Te refieres ¿a
investigar por nuestra cuenta sin permiso?
-
Bueno, teniendo
en cuenta que es por ayudar…
-
Está bien,
vámonos.
Yo sabía de sobra que si mis
padres lo supieran me mataban, pero Mark y yo suponíamos que los ladrones
actuarían de noche y no de día, era el momento.
Salimos por la ventana de mi
cuarto en silencio y nos dirigimos a la parada de autobús, nos metimos en él y
fuimos a La Plaza 10 Calles. Cuando llegamos allí caminamos en silencio entre
los jardines de por allí y por oímos algo que rompió el silencio de la noche.
-
¿Has oído eso?
-
Sí, tengo miedo.
-
Tranquila no pasa
nada.
A continuación oímos un par
de voces:
- ¿Entonces leíste la nota que te mande por lo
veo.
- Sí, ella me la dio en mano.
- ¿Y se puede saber dónde
está ahora?
- Pues, yo, la verdad… creo
que la he perdido en la agencia.
- ¿Tú eres tonta? ¡Cualquier
policía que haya estado por allí ya la habrá encontrado! Menos
mal que estaba todo en código sino…
¿Te has encargado de Annabelle?
-
¡Claro que sí!
Esa ya no tiene escapatoria, tarde o temprano la echarán.
-
Perfecto, así me
gusta… ¡lo conseguiremos! Y ahora vayámonos antes de que alguien nos vea con
esto. Por cierto, ¿irás a la fiesta de mañana?
-
Es verdad, la
fiesta. ¿A qué hora era?
-
A las 9, en el
hotel Dessert.
-
OK. Allí estaré.
Y después de aquello se
fueron. Me quedé paralizada, aquellos ladrones, o mejor dicho, ladronas, habían
influido en que la policía sospechara tanto de mi madre, pero ¿por qué habían
robado los diseños? ¿Y por qué querían conseguir echar a mi madre del trabajo?
Esas preguntas se resolverían
más tarde porque ahora, Mark y yo debíamos irnos a casa.
Entramos en mi casa por la
ventana y mis padres no se dieron cuenta de nada.
-
Esta vez no nos
han pillado, pero a ver mañana.
-
¿Mañana?
-
Claro que sí –
afirmé. ¡Mañana todos nos vamos de fiesta!
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