domingo, 20 de marzo de 2016

Sombras de rosa

Sombras de rosa esparciéndose por su cara, y ella escapando.
Los colores resbalando de forma sutil y cuidadosa por su nuca y sus brazos.
Sus ojos destellando en mil tonalidades para mí, solo para mí.
Quise tenerla y esto fue lo que pasó.
Me robó, a mí, a mi cordura y a mi valentía. Asumió que mi oxígeno era el suyo. Se lo tragó sin miramientos.
Intenté soltarla y fue tan solo el dejarla ir lo que me provocó desear tenerla de nuevo.
Huyó.
Su cuerpo cubierto de espinas dejaba ver unas hermosas caderas que apenas eran un paseo a todos los gloriosos ríos de la vida.
Allí estaba, esperándome otra vez. Así que no cometí el mismo error.
Aquella vez tomé la iniciativa y le dije que era la cosa más bonita que había visto.
No era guerra ni tormenta, era luz. Luz que me envolvía y me llevaba y casi me mataba.
Luz oscura y soleada.
Cuando la dejé marchar no quedaban más que sombras de rosa.
Qué bonito era su rastro. Casi como ella.
Qué bonitas sus sombras de rosa, y sus ojos, sus labios y muecas. Qué bonito su rostro.

2 comentarios:

  1. "Intenté soltarla y fue tan solo el dejarla ir lo que me provocó desear tenerla de nuevo." "Su cuerpo cubierto de espinas dejaba ver unas hermosas caderas que apenas eran un paseo a todos los gloriosos ríos de la vida." Dios, qué bonito.

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