miércoles, 15 de junio de 2016

Llegas tarde

A lo mejor, si dejaras que el agua salada te llenase por fin, cerrarías tus heridas.
Porque el sol te pega de frente.
Y las olas no te esquivan, así que te hundes.
La arena te abrasa.
El cielo está desierto y ya no te da refugio.

Date prisa, que llegas tarde a la hoguera. Hoy vamos a quemar recuerdos desastrosos.

sábado, 4 de junio de 2016

Porque necesito respirar hondo

Esta es una entrada muy diferente a lo normal, y no es para pedir consuelo ni apoyo. Solo vuelco en palabras todo lo que tengo en la cabeza.
*
Estoy cansada, y mucho. Y sí, sé que es algo que año tras año pasan muchos estudiantes y nadie ha muerto en el intento. Pero me hace sentir mal.
Me he machacado como en ningún otro curso. He estudiado de forma continua, disciplinada, a veces con dolor de cabeza, y desde luego muchas otras sin ninguna gana.
He sacado las notas que quería y me sentí orgullosa cuando me las dieron. Me tomé dos semanas de descanso después de eso, para qué mentir. Intentaba empezar a repasar para la prueba final, pero acababa de terminar los globales, ¿cómo iba a tener cuerpo para sentarme de nuevo apenas unos días después? Así que me relajé y me prometí que no me agobiaría, porque eso se me da demasiado bien.
Al principio me costaba concentrarme porque sentía que ya lo había dado todo, y aún así poco a poco retomé el ritmo y me puse a preparar los exámenes que iban a determinar en qué carrera me metía.
Ahora quedan tres días. Y siento que no tengo ganas de nada. No sé si es porque nunca antes había pasado tanto tiempo seguido estudiando tal cantidad de materia, pero me siento apagada.
Porque un mal día o un profesor demasiado estricto te la puede jugar. Y es agobiante.

Pero quería ante todo escribir esto hoy aquí porque quiero cambiar cómo me encuentro.
¿Sinceramente? He estudiado mucho. He sacado buenas notas. Practico las asignaturas que lo necesitan y repaso sin parar las teóricas. Y no veo por qué me podría ir mal: me esfuerzo, sé que valgo para la carrera que quiero estudiar, unas pruebas que te obligan básicamente a vomitar información no pueden privarme de hacer lo que quiero. No van a ser un obstáculo.
Y aún así, una frase de un texto de latín en la que me atasco me hace pensar que ya no voy a hacer bien ese examen.
Unas obras importantes que siempre se me olvidan me llevan a creer que no tengo ni idea de cómo haré el de literatura universal.
No saberme un tema de doce o absolutamente todos los autores me hará suspender lengua y literatura.
No haber memorizado y escaneado todo el temario de historia porque me parece demasiada información significa que me quedaré bloqueada.
Y mil cosas más.

Pero me quiero parar a mí misma (y a cualquiera que piense como yo), y decirme:
No es algo trascendental en tu vida. No es tan dramático. Vas a dar lo mejor de ti misma. Lo vas a hacer muy bien. No todo sale perfecto, pero puedes intentarlo y acercarte a ello.
Sabes traducir, sabes comentar, sabes redactar. Va a salir bien. Es solo una criba. No tienes que darte una paliza. Te lo sabes, solo repasa unas últimas veces. Lee, sal, relájate. Con calma.
Somos mucho más que esas pruebas, y ya está.

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