Algunos haces de luz se cuelan por la ventana, y cuando empiezo a pensar cómo he terminado en un lugar tan frío y gris, rodeado de paredes de piedra, entra un hombre que se hace llamar mi carcelero y, aunque intento resistirme, acaba por sacarme de allí.
Marina
Muy buena entrada y mucho que pensar y reflexionar.
ResponderEliminarSaludos
hola!
ResponderEliminares un texto muy corto pero la verdad es que me ha dejado con mucha intriga
Da mucho que pensar :)
Besos
Gracias por compartirla <3
ResponderEliminarHola!! genial lo escrito *u*...
ResponderEliminarSaludos!
Nos leemos!
Hola Marina ^^
ResponderEliminarTendrá segunda parte?? Me has dejado con la intriga... A veces las cárceles nos las construimos nosotros mismos.
Un beso :D
Está genial, escribes súper bien.
ResponderEliminarBesoos,
Nos leemos :)