La forma en la que pareces una pequeña llama que está naciendo y comienza a expandirse por todas partes, el calor que repartes allá por donde pisas, dejando brasas por el camino, quemándolo todo. Pero ese fuego es precioso, y apreciado, es una locura, y un lío, un embrollo y una perdición, un desastre y lo mejor que ha podido pasar, ese jardín no era nada hasta que se le dio la oportunidad de volver a resurgir de sus cenizas, así que, por favor, te lo estoy suplicando, no lo dejes nunca. No lo dejes aunque todo sea un inmenso maremoto y tengas que recurrir a todas tus llamas para apagarlo.
No me dejes.
Pero que preciosas estas palabras, Marina <3
ResponderEliminarMe encanta, de verdad
Terriblemente genial.
ResponderEliminarMarina eres una p. genia de la escritura *__*
ResponderEliminarAy, qué bonita metáfora.
ResponderEliminarPrecioso, precioso.
Besos, Amanda.
Que precioso texto <333 Como me alegro de volver a leerte Marina,
ResponderEliminarque no se frene el loco amor,
un beso. Pásate por el mío si quieres, te sigo desde hace tiempo no sé si te acordarás de mi ^^
Un texto precioso ^^ me encanto!
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